El Orgullo 2020 estuvo marcado por la pandemia del Covid-19 y dedicado a las mujeres LTB bajo el lema “Mujeres LTB: sororidad y feminismo”.
Recogemos las reflexiones y propuestas de la presidenta de la FLGTB sobre la discriminación y mayor exposición que han vivido durante el confinamiento y siguen viviendo con la pandemia, sin que se hayan notado cambios hacia el reconocimiento de los derechos humanos y sexuales de todas las personas, independientemente de sus identidades, creencias, orientaciones y diversidad sexual.
Las mujeres LTB viven una múltiple discriminación tanto por su orientación sexual y/o identidad de género, como por su condición de mujeres, lo que las deja expuestas al machismo y la LGTBIfobia. “No hay una única forma de ser mujer, sino que a las mujeres nos atraviesan una serie de interseccionalidades como la raza, la discapacidad, la orientación sexual, la edad, la identidad de género o el origen, entre otras, que hacen que vayamos sumando vulnerabilidades y que estemos expuestas a múltiples discriminaciones”.
La crisis del Covid-19 ha afectado en mayor medida a las mujeres mayores; las mujeres trans que, abocadas al mercado irregular por la discriminación laboral, vieron como perdían sus únicas fuentes de ingresos; las mujeres migrantes o solicitantes de asilo, que fueron agotando sus recursos mientras sus trámites se paralizaban; las mujeres jóvenes encerradas con familias LGTBIfóbicas o las víctimas de violencia intragénero, entre otras.
“Las mujeres LTB somos menos visibles en el ámbito laboral que los hombres del colectivo porque si ya es difícil ser mujer en muchos sectores o empresas, aún lo es más si eres lesbiana, bisexual o trans, por lo que las mujeres optan por amarizarse como medida preventiva”.
Por otra parte, la presidenta de la FLGTB ha asegurado que “antes de la pandemia, ya vivíamos en una crisis de desigualdad estructural en la que las mujeres LTB veíamos día a día vulnerados nuestros derechos”. “Hoy en día, las parejas de mujeres o las mujeres sin pareja siguen sin tener acceso a las técnicas de reproducción asistida por el sistema público de salud y siguen sin poder filiar a sus descendientes en igualdad de condiciones a las parejas compuestas por un hombre y una mujer. Tampoco disponemos de protocolos ni campañas de sensibilización sobre su salud sexual, entre otros aspectos”.
“Las mujeres LGTB seguimos estando altamente cosificadas por la sociedad machista que nos concibe como un elemento susceptible de satisfacer las fantasías de los hombres, lo que nos expone a múltiples violencias”. “Sin embargo, estamos menos empoderadas para denunciar, tal y como demuestra el último informe de delitos de odio de FELGTB, en el que se revelaba entre un 60 y un 80% de infra denuncia, y en el que, de las denuncias registradas, más del 70% eran de hombres”, ha concluido.
Es imprescindible que las mujeres trans vean reconocido por ley su derecho de autodeterminación, porque es la base y el escudo que las protegerá contra las discriminaciones, y que las mujeres lesbianas y bisexuales tengan por fin los mismos derechos que el resto de la población. Estamos hablando de derechos humanos que están siendo sistemáticamente vulnerados por un sistema que sigue permitiendo discriminaciones administrativas, sanitarias, educativas, entre otras.
REFERENCIA CURRICULAR
Mercedes García Ruiz es Sexóloga. Doctora en Psicología. Educadora Social. Especialidad en Psicología Clínica. Máster -Experto en Drogodependencias y SIDA-. Formación en Arteterapia. Experta en Cooperación. Autora de programas de educación sexual con diversos colectivos: jóvenes, menores en protección, personas con discapacidad intelectual y diferentes asociaciones y ONGs. También ha colaborado en el diseño e implantación de programas de educación sexual en Nicaragua y en los campamentos de refugiados saharauis. Docente e investigadora sobre aspectos relacionados con la sexualidad, la educación sexual y la prevención del VIH. Autora de diversas publicaciones sobre esta temática.
